Marqués de Lafayette

El padre de Lafayette murió en batalla durante la Guerra de los Siete Años, y su madre y su abuelo murieron en 1770, dejando a su hijo con una vasta herencia. Se unió al Ejército Real al año siguiente, y en 1773 se casó con Marie Adrienne Françoise de Noailles, de 14 años, miembro de otra prominente familia francesa.

Aliado colonial

Inspirado por las historias de las luchas de los colonos contra la opresión británica, Lafayette navegó a los recién declarados Estados Unidos en 1777, para unirse al levantamiento. Inicialmente fue rechazado por los líderes coloniales, pero los impresionó con su pasión y voluntad de servir de forma gratuita, por lo que fue nombrado general de división en el Ejército Continental. 

Su primer gran compromiso de combate llegó durante la Batalla de Brandywine en septiembre de 1777, cuando recibió un disparo en la pierna mientras ayudaba a organizar un retiro. El general George Washington solicitó a los médicos que cuidaran especialmente a Lafayette, estableciéndose un fuerte vínculo entre ambs que duró hasta la muerte de Washington.

Después de un invierno en Valley Forge con Washington, Lafayette pulió sus credenciales como inteligente líder mientras ayudaba a atraer más recursos franceses al lado colonial. En mayo de 1778, superó a los británicos enviados para capturarlo en Bunker Hill, más tarde rebautizado Lafayette Hill, y se unió a un precario ataque del ejército continental en Monmouth Courthouse, para forzar un impasse.

Después de viajar a Francia para presionar a Luis XVI en busca de más ayuda, Lafayette asumió una mayor responsabilidad militar a su regreso a la batalla. Como comandante de las fuerzas de Virginia Continental en 1781, ayudó a mantener inmovilizado en Yorktown, Virginia, al ejército del teniente general lord Cornwallis, mientras que las divisiones lideradas por Washington y el conde de Rochambeau rodeaban a los británicos y obligaban a rendirse en la última gran batalla de la Guerra Revolucionaria.

Post Revolución Americana

Conocido como el "Héroe de los dos mundos" después de regresar a su país de origen en diciembre de 1781, Lafayette se reincorporó al ejército francés y organizó acuerdos comerciales con Thomas Jefferson, el embajador estadounidense en Francia.

Con el país al borde de grandes trastornos políticos y sociales, Lafayette abogó por un órgano de gobierno que representara a las tres clases sociales, y redactó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Nombrado comandante de la Guardia Nacional de París, cuando estalló la violencia en 1789, Lafayette se vio obligado a proteger a la familia real, una posición que lo dejó vulnerable a las facciones que competían por el poder. Huyó del país en 1792, pero fue capturado por las fuerzas austríacas y no regresó a Francia hasta 1799.

Lafayette mantuvo un bajo perfil mientras Napoleón Bonaparte asumió el poder como emperador de Francia, pero fue elegido para la Cámara de Diputados durante los Cien Días y abogó vehementemente por la abdicación de Napoleón, tras la derrota en la Batalla de Waterloo en julio de 1815.

Después del derrocamiento a Carlos X durante la Revolución de Julio de 1830, a Lafayette se le presentó la oportunidad de convertirse en dictador. El envejecido estadista se negó, y en su lugar se mantuvo como comandante de la Guardia Nacional. Luego de una batalla contra la neumonía, murió el 20 de mayo de 1834.