Nació en París, Francia, el 2 de junio de 1740. Fue un escritor, quien hilvanó
Justine o los infortunios de la virtud,
Historia de Aline y
Valcour. Asimismo escribió muchas novelas, cuentos y guiones de teatro.
Su verdadero nombre fue
Donatien Alphonse-François, quien fuera hijo único de
Jean-Bastiste Francois Joseph de Sade y
Marie Eleonore de Maille de Carman.
A los cuatro años de Donatien, su madre deserta del empleo de dama de compañía de la princesa, con el propósito de acompañar a su cónyuge en los periplos que debía realizar por su labor diplomática.
Por tal motivo
Donatien es conducido al castillo de Saumane (1744), al cuidado de su abuela y de unas tías por parte de padre. Luego, por encargo de su padre, su tío
Jacques Francois Paul Aldonce de Sade, queda a cargo de su educación (1745).
Uno de sus primeros profesores fue el abad
Jaques Francois Amblet, quien prácticamente forjó los cimientos de su instrucción y de su futuro oficio de escritor; sin embargo, en 1754 ingresó a la
academia militar, y al año siguiente ya es nombrado segundo teniente en el Regimiento Real de Infantería.
En la
Guerra de los Siete Años (1756), Donatien, quien aún no cumple los 16 años estuvo al mando de cuatro tropas y realizan la toma de Mahón a los ingleses, teniendo como superior al
Conde de Provenza.
Entre sus principales obras literarias destacan:
Los 120 días de Sodoma,
La filosofía en el tocador,
La nueva Justine y
Juliette. En el contenido de sus obras resaltan los
antihéroes, quienes mediante falsas verdades, justifican sus acciones.
Llegó a estar en prisión por el Antiguo Régimen, por la Asamblea Revolucionaria y por el régimen de Napoleón.
Viviendo 27 años a la sombra, sin libertad, en diversas fortalezas y manicomios.
Influyó en múltiples novelistas y poetas, como
Flaubert,
Dostoyevsky,
Apollinaire,
Rimbaud y hasta
André Breton. Este último, conjuntamente con los surrealistas le otorgan el apelativo de “
Divino Marqués”, referido al “Divino Aretino”, quien fuera primer autor erótico en el siglo XVI.
Se le ha dado a su nombre el valor de sustantivo, ya que desde 1834, la palabra “
sadismo” está en los diccionarios, como descripción de la propia excitación producida al cometer actos de crueldad sobre otra persona.
“Su pensamiento y su escritura configuran un collage caleidoscópico construido a partir de los planteamientos filosóficos de la época, que Sade parodia y describe, incluida la propia figura del escritor-filósofo. Otro tanto ocurre desde el punto de vista literario, donde Sade parte de los clichés habituales de la época, o bien de elementos extraídos de la más reconocida tradición literaria, para desviarlos, subvertirlos y pervertirlos. El resultado de todo ello es una escritura tremendamente original”, expresa Concepción Pérez, en
Sade o el eterno proceso