Marquesa Du Delfand

Marquesa Du Delfand

Biografía:

Esta joven conocida como la Marquesa Du Delfand, ha nacido un 25 de septiembre en el castillo familiar de Champrond, en Borgoña. Esta mujer ha nacido en el seno de la familia Vichy, unos de los más nobles linajes de la región. Ha sido ducada en un internado de Parín, el elegante convento de la Madeleine-du-Traisnel, institución antigua y famosa, en donde recibe una eduación que oscila entre la mundanidad y la renuncia, entre el retiro y los talentos del siglo, una educación que va desde Dios a un profesor, desde la meditación a una clase de reverencia.

 Posteriormente, a los dieciocho años se casa con Jean-Baptiste-Jacques du Deffand, un matrimonio que le supone ventajas como lo ha sido el inicio de la vida social, la liberación de la amenaza de un vida en el campo y la emancipación de su padre. Pero a pesar de sus suposiciones, las pretensiones y el carácter del marqués, hicieron imposible el entendimiento y la comunicación entre ellos.
AL cabo de un tiempo, durante algunos años asiste a la corte de Scaeux, donde la duquesa de Maine mantenía su propio reinado, y allí conoce a madame Staal-Delaunay y a Voltaire, y es en 1747 que se instala en el convento de Saint-Joseph comenzando con la andadura de su salón.

 Se ha caracterizado y definido a esta mujer como desdeñosa, fría, egoísta, tirana, ella ha tenido en su vida dos relaciones fuertemente afectivas, una con Julie de Lespinesse y otra con Horace Walpole. La primera ha vivido en el sometimiento producido por su condición de bastardía con unos parientes de la marquesa; y ha significado para la marquesa, una ayuda y compañía, ella recibía a los visitantes y cumple las funciones de ama de casa. 
El otro encuentro ha sido con Horace Walpole, un historiador y escritor de novelas góticas. Aquí la marquesa, treinta años más que el hombre; sostenía una pasión violenta, ya que en un principio, Walpole se sintió halagado por la apaionada atención de madame du Deffand; pero más adelante cae preso del miedo al rídiculo y sus respuestas comenzaron a ser más distantes.

 Finalmente, sus últimos años han sido de una existencia cerrada, resignada, sin expectativas, deseos, ni esperanzas, aunque si existencia se prolongue durante trece años, aunque en apariencia sigue el ritmo de vida: en su salón sigue recibiendo a visitantes, se preocupa por entretenerlos. Y a pesar de ello, la Marquesa mantiene sus relaciones con los habituales, y no sólo ha cambiado la actitud, sino también la situación: es una etapa de decadencia de una clase dirigente, la de los amigos de la marquesa, abarca a toda la sociedad.