Mary Cassat nació en Allegheny City, Pennsylvania, el día 22 de mayo de 1.844.
Mary tuvo, desde muy pequeña, la suerte de poder viajar, ya que su padre tenía negocios por toda Europa. Ello le permitió poder conocer las más importantes capitales del viejo continente. París, Berlín o Londres fueron su lugar de estancia en sus primeros cinco años de vida. Este hecho hizo también que pudiera aprender los idiomas de dichos lugares, al mismo tiempo que recibía clases de música y dibujo.
Una vez de regreso a Estados Unidos, y pese a la oposición de sus padres, se inscribió con 17 años en la Academia de Bellas Artes de Pennsylvania, en la cual estuvo del año 1.861 al 1865. Sin embargo, en el año 1.866 la abandonó debido a la actitud adoptada por sus profesores, que fue la de no enseñarle nada de pintura y dibujo por el hecho de ser mujer. Esta actitud mezquina, unida a la de sus propios compañeros, hizo que Mary Cassat trasladara su residencia a París.
En el año 1.870 su situación económica no era buena, ya que su padre se seguia negando a financiar su gran vocación, dándole sólo dinero para sus necesidades básicas, lo que la hizo exponer algunos cuadros en alguna galería de arte de New York, que provocaron un gran número de elogios, pero ningún comprador.
Poco después del año 1.871, tras perder parte de sus pinturas en un incendio, recibió un encargo por parte del arzobispo de Pittsburg, el cual le solicitó dos copias de Corregio de Parma, las cuales están expuestas en Italia.
En el año 1.873, en un nuevo viaje a Europa, viajó a Madrid y Sevilla, donde realizó diversas pinturas costumbristas de temas españoles.
Cassat tuvo como maestro a Camile Pissarro, del que cogió algunos trazos y estilo. Ello fue criticado en su exposición del Salón de París, donde se le dijo que sus pinturas tenían mucha proyección, con unos colores brillantes y fieles al modelo original. A ello Mary contestó mencionando
“las dificultades que una mujer encontraba para que sus obras fueran aceptadas en el Salón”.
La década de los noventa del siglo XIX, fue la más creativa para Mary. Expuso muchos cuadros y regularmente fue también modelo a seguir para muchas jóvenes artistas de Estados Unidos, a las cuales adoctrinaba con sus enseñanzas para que fueran las mejores en su campo. Entre ellas destacaría Lucy A. Bacon.
En el año 1.891 realizó una gran exposición donde la luz y color impregnaban cada cuadro que llevó a la galería de arte. Entre ellos estaban
“Mujer tomando un baño” y
“El salón de belleza”.
En el año 1.914, y después de diagnosticarle más enfermedades, diabetes, neuralgias y cataratas, dejaría de pintar.
Después de 11 años de no pintar ningún cuadro más, debido a la ceguera que tenia, Mary fallecería en Francía, en un pueblecito muy cercano a París llamado Château de Beaufresne, el 14 de junio de 1.926.
Mary Cassat, deja un buen número de pinturas y dibujos, entre los que destacan,
“Autorretrato”,
“ Mujer y niño”,
“Mujer tomando té”,
“Después del baño”,
“Chica con el Banjo”,
“En el palco”,
“Bailarina española” o
“Mujer leyendo”, entre otros muchos.
Poco antes, en el año 1.904, había recibido la medalla de la Legión de Honor, por su contribución al arte.