Maurice Prendergast

Cuando regresó a los Estados Unidos en 1894, Prendergast ya era un experto acuarelista y tenía cualidades asimiladas de Edouard Manet, James McNeill Whistler, Edgar Degas, Henri de Toulouse-Lautrec, Pierre Bonnard y Édouard Vuillard y de los grabados japoneses. Fue el primer artista americano en apreciar y comprender la importancia de Paul Cézanne. Hasta 1905, los hermanos Prendergast vivían juntos en Winchester, Mass., Su principal medio de sustento era una tienda de marcos. La obra de Maurice fue incluida por primera vez en una exposición pública, en 1896, en la Academia de Bellas Artes de Pennsylvania; hubo una exhibición unipersonal al año siguiente en Boston, y desde ese momento hasta su muerte, sus cuadros aparecieron en numerosas exposiciones.

En 1898 Prendergast fue a Venecia, donde creó algunos de sus más bellas acuarelas. Arthur B. Davies lo invitó a unirse con otros artistas en la famosa exposición de "El Ocho" en 1908, organizada como protesta contra las tendencias conservadoras de la Academia Nacional de Diseño. Prendergast estuvo de nuevo en Francia en 1909 y en Italia en 1911. La influencia de Paul Signac es tal vez lo que deba observarse de este periodo.

Los siete acuarelas que se incluyeron en el célebre Armory Show en 1913 revelaron a Prendergast como una figura importante en la pintura americana, probablemente, el más grande de su generación. Fue quizás el primero en abandonar deliberadamente un enfoque representacional del arte ny dejar que el tema estuviera dominado por medios puramente artísticos.

Prendergast fue a Europa por última vez en 1914. A su regreso, él y su hermano (también pintor) se trasladaron a Nueva York, donde Maurice pasó su última década trabajando en un estudio en Washington Square. Durante los veranos en Nueva Inglaterra, pintó al óleo y acuarela figuras brillantes en las playas y en los parques, a menudo usando una especie de puntillismo, que da a su obra una calidad como de tapiceria, a veces con una intensidad casi expresionista, pero confiando aún más en el color puro, aplicado ligeramente en zonas abruptas, para sugerir la forma, el movimiento y la textura. Hay una combinación de melancolía y alegría, un sentido de la elegancia y la inocencia en sus pinturas. 

Prendergast se fue aislando cada vez más en sus últimos años a causa de la sordera. Murió en Nueva York el 1 de febrero 1924.