Uno de los máximos
representantes de la literatura húngara es nada menos que
Mihály Babits, un experto en letras que fue narrador, poeta, ensayista, traductor y hasta crítico literario que nació en la ciudad de Szekszard en Hungría un 29 de noviembre de 1883 y hasta la fecha es reconocido como una de las figuras más destacadas del siglo XX.
Desde muy temprana edad recibió una gran influencia para el estudio de humanidades y se enfrascó tenazmente en traducir a su idioma la célebre obra
Divina Comedia, pero esta meta la cumplió luego de diez largos años, desde 1912 hasta 1923. Durante estos años tambien se fue perfeccionando en el arte literario, su primera obra fue un poemario que lleva como título Recitativo, escrito en 1916.
Su trabajo literario se inició precisamente con esa obra, le siguieron obras de gran relevancia como
Los dioses mueren el hombre vive 1920,
El valle de la inquietud de 1920 y La isla y mar del año 1925, todas sus obras tienen una característica común y es la aspiración por rescatar el ideal de plenitud y belleza. También esboza en ellas ese ideal por una fe católica, libre de toda duda o falta de fe.
Mihály Babits fue también un gran narrador y escribió célebres novelas como la escrita en 1916,
El califa de la cigüeña,
El castillo de naipes de 1921,
Los hijos de la muerte del 27 y
El hijo de Virgilio Timar de 1922.
En lo que respecta a su papel como ensayista instauró un nuevo clasicismo conformado por sus diversos trabajos teóricos y sus traducciones de autores célebres grecolatinos y a otros de la edad media, renacimiento y barroco de la Europa media. Podemos mencionar de sus ensayos el escrito en 1917 problemas literarios, pensamiento y escritura de 1922 y una obra bastante extensa que es nada menos que la historia de la literatura de Europa.
Fue un gran amigo de
Zsigmond Moricz, con quien asumió la co-dirección del Nyugat, para 1937 lo diagnosticaron con un mal a la laringe, muy pronto se sabría que se trataba de un cáncer que lo llevó a la muerte un
4 de agosto de 1941.