Paula Modersohn-Becker, nombre original de
Paula Becker, nació el 8 de febrero de 1876 en Dresde, Alemania. Fue una artista plástica que ayudó a introducir en el arte alemán los estilos de los pintores postimpresionistas de finales del siglo XIX como Paul Cézanne,
Paul Gauguin y Vincent van Gogh.
Becker se interesó por el arte a una edad temprana y comenzó a estudiar dibujo en 1888, cuando su familia se mudó a Bremen, Alemania. Enviada a Inglaterra para completar su educación, asistiendo a la St. John's Wood School of Art. A su regreso a Alemania, la artista se capacitó para convertirse en maestra y luego asistió (1896-98) a la tradicional Escuela de Mujeres Artistas en Berlín.
En 1898, como alumna de Fritz Mackenson,
Becker se unió a la escuela Worpswede, un grupo de artistas regionales que vivían en una colonia de artistas cerca de Bremen. Como muchos de esos pintore, creó paisajes sentimentales y escenas de la vida campesina. En Worpswede trabó amistad con la escultora Clara Westhoff (que más tarde se casó con el poeta
Rainer Maria Rilke), y en 1900 viajaron juntas a París, donde se vio influenciada por las pinturas postimpresionistas de Paul Cézanne.
En 1901, la artista se casó con Otto Modersohn, otro pintor de Worpswede. Pasó dos períodos más de estudio en París en 1903 y 1905, y el arte contemporáneo que descubrió allí la dejó cada vez más insatisfecha con los objetivos de los artistas de Worpswede. El trabajo de Cézanne, Gauguin y otros artistas franceses, como los del grupo Nabis, la inspiraron a utilizar formas simplificadas y color simbólico, en lugar de naturalista. Dejó a su marido en 1906 para establecerse en París, donde pintó autorretratos expresivos y a menudo desnudos que son sus obras más respetadas. Su esposo la siguió allí más tarde ese año, y ella regresó a Worpswede con él en 1907.
El estilo de Modersohn-Becker continuó evolucionando; en sus pinturas maduras, como Self-Portrait with a Camellia (1907), combinó un naturalismo lírico con amplias áreas de color simplificado que recuerda a Gauguin y Cézanne. Debido a que estaba más interesada en la expresión de sus sentimientos internos que en una representación precisa de la realidad, a ella se la asocia frecuentemente con el estilo expresionista.
Murió poco después de dar a luz a su único hijo, el 30 de noviembre de 1907, a los 31 años.