Pedro Pablo Kuczynski

Hijo de inmigrantes europeos que huyeron de la Alemania nazi en la década de 1930 y se establecieron en Perú, su padre, un médico judío con raíces familiares en Polonia, trató enfermedades como la lepra y la fiebre amarilla en la región de la Amazonia, donde Kuczynski pasó gran parte de su infancia. Más tarde asistió a escuelas privadas en Lima y en Lancashire, Inglaterra, antes de ganar una beca para asistir a la Universidad de Oxford, en la que se graduó (1960) con títulos en política y economía. Durante su primera estadía en los Estados Unidos, obtuvo (1961) una maestría en asuntos públicos de la Universidad de Princeton y trabajó para el Banco Mundial en Washington, DC Al regresar al Perú a fines de la década de 1960, trabajó para el Banco Central de Reserva de su país y se convirtió en asesor económico del Presidente Fernando Belaúnde Terry. Después de que Belaúnde fuera derrocado por un golpe militar en 1968, Kuczynski se exilió en los Estados Unidos, donde nuevamente trabajó durante un período para el Banco Mundial, como uno de sus principales economistas.

En 1980, después de que Belaúnde recuperara la presidencia peruana con una victoria electoral, nombró a Kuczynski como ministro de energía y minas del país, una posición que ocupó hasta 1982, cuando dejó el gobierno para convertirse en director gerente de un banco de inversión de Estados Unidos. Luego fue nombrado en el gabinete del presidente peruano Alejandro Toledo, bajo el cual se desempeñó como ministro de economía y finanzas (2001-2002 y 2004-2005), así como primer ministro (2005-2006). En 2007, estableció la organización no gubernamental Agua Limpia para proporcionar financiamiento para proyectos de agua en áreas subdesarrolladas de Perú.

Kuczynski se postuló por primera vez a la presidencia de Perú en 2011, pero terminó tercero en la ronda inicial de votación, detrás de Ollanta Humala (el eventual ganador) y la congresista conservadora Keiko Fujimori. En las elecciones presidenciales de 2016, como en su campaña anterior, defendió las políticas de libre mercado y promocionó la inversión extranjera como una clave para el crecimiento del empleo. También prometió una dura respuesta al crimen y la corrupción. 

En la primera ronda de votación en abril, Fujimori ganó pero no logró obtener la mayoría de los votos, lo que requirió una segunda vuelta entre ella y Kuczynski, que había finalizado en segundo lugar. 

Posteriormente, ganó terreno al vincular a Fujimori con el legado de su padre, el ex presidente Alberto Fujimori, quien fue encarcelado por cargos de corrupción y contra los derechos humanos. Kuczynski también se benefició cuando la política izquierdista Verónika Mendoza, la finalista en tercer lugar en la primera ronda, le transfirió su apoyo. Ganó por un estrecho márgen la segunda vuelta del 5 de junio, 50.1% a 49.9%. El 28 de julio, Kuczynski sucedió al presidente Humala, a quien se le prohibió constitucionalmente buscar un término consecutivo.

Muchos analistas predijeron que la administración de Kuczynski enfrentaría grandes desafíos en el gobierno. El partido de Fujimori, Fuerza Popular, dominó las elecciones legislativas, capturando 73 de los 130 escaños en el Congreso unicameral del país, mientras que el partido de Kuczynski, Peruanos para el Cambio, obtuvo solo 18 escaños.

Casi desde el principio, el mandato de Kuczynski como presidente se vio empañado por los escándalos de corrupción. En octubre de 2016, introdujo una serie de medidas anticorrupción después de que una cinta de audio filtrada pareció revelar que su asesor de política de salud, Carlos Moreno, planeaba "explotar" el sistema de atención médica del país en su beneficio personal. Como resultado, el índice de aprobación pública de Kuczynski cayó del 63% al 55%.

Ese escándalo, sin embargo, resultó ser solo la punta del iceberg. Para el 2017, Kuczynski se había visto envuelto en el escándalo masivo de tráfico de influencias que involucraba a la gigante constructora brasileña Odebrecht. Se descubrió que Odebrecht había pagado sobornos a funcionarios en varios países, especialmente de América del Sur, a cambio de contratos y para hacer la vista gorda ante loss deliberados excesos de costo. Inicialmente, Kuczynski negó haber tenido alguna relación con Odebrecht, pero se alegó que mientras prestaba servicio en el gobierno de Toledo, Kuczynski recibió unos $ 782,000 de Odebrecht a través de una compañía de inversiones de su propiedad. Kuczynski más tarde afirmó que su compañía estaba siendo administrada por él en ese momento y que no había tenido conocimiento de su asociación con Odebrecht.

Sin embargo, en diciembre de 2017, el presidente se enfrentó a un juicio político en el Congreso. Para que Kuczynski fuera acusado, al menos 87 representantes habrían tenido que votar a favor de la moción pero solo se lograron 78 votos a favor del juicio político, 19 en contra y 21 abstenciones. Al sobrevivir a la votación, Kuczynski recibió el improbable apoyo de Keiko Fujimori. Sólo unos días después, Kuczynski concedió un indulto médico a Alberto Fujimori, quien fue dado de alta de la cárcel para recibir atención hospitalaria, hecho que desató acusaciones de que la acción había sido un quid pro quo por el apoyo de Keiko Fujimori. El índice de aprobación decreciente de Kuczynski cayó aún más después del indulto, cayendo del 26 por ciento en noviembre de 2017 al 19 por ciento en enero de 2018.

El escándalo de Odebrecht siguió a Kuczynski en el nuevo año. En marzo de 2018 el Congreso una vez más se preparó para votar sobre el juicio político. En la cúspide de la votación, se publicó una cinta de video filtrada, que mostraba a los partidarios de Kuczynski que al parecer intentaban sobornar a los miembros del Congreso para que votaran a su favor. A raíz del lanzamiento del video, Kuczynski presentó su renuncia el 21 de marzo, aunque rechazó cualquier participación personal en el delito. El Congreso le aceptó la renuncia el 23 de marzo. Fue reemplazado rápidamente por Martín Vizcarra, el ex gobernador de Moquegua, quien había estado sirviendo como embajador de Perú en Canadá.