Plutarco Elías Calles (1877-1945) fue un líder revolucionario y presidente mexicano, cuyas reformas constitucionales y económicas proporcionaron una sólida base para la posterior estabilidad gubernamental de México.
Como comandante militar, gobernador provisional y luego gobernador constitucional de Sonora de 1915 a 1919, Calles estableció un récord por su aplicación de los ideales revolucionarios en términos de anticlericalismo, reforma agraria y progreso educativo. En 1919 se convirtió en secretario de industria, trabajo y comercio en el gobierno de Carranza, renunciando a participar en la campaña presidencial de Álvaro Obregón.
Portavoz clave de la rebelión de Agua Prieta que derrocó a Carranza, Calles fue secretario de guerra en el gobierno interino de De la Barra y secretario del interior durante la presidencia de Obregón (1920-1924). Obregón apoyó con éxito a Calles en la sucesión presidencial contra el desafío político y militar de Adolfo de la Huerta, que contaba con el apoyo revolucionario conservador y disidente.
Calles comenzó una década de dominio de la vida política mexicana -4 años como presidente y 6 años como el "poder detrás del trono"-. Su política, presagiada por sus antecedentes en Sonora, impulsó la reforma agraria con el objetivo de establecer finalmente una nación de propietarios individuales. Se favoreció el trabajo con Luis Morones y su Confederación Regional del Trabajo Mexicano dominando la escena. La experimentación educativa del período de Obregón pasó a ser política nacional. Calles se propuso implementar y hacer cumplir las disposiciones constitucionales sobre asuntos religiosos y la propiedad extranjera de los recursos petroleros.
Un resultado de esta política fue el conflicto entre la Iglesia y el Estado en forma de boicot económico, suspensión de los servicios religiosos y la rebelión armada de los Cristeros. A través de la mediación del Embajador de los Estados Unidos Dwight Morrow, se estableció y se puso en vigor un acuerdo con la Iglesia en 1929. Importante para el futuro desarrollo de México fue el establecimiento del Banco Central de México y el Banco Nacional de Crédito Agrícola, además del inicio de programas para la construcción de carreteras, represas y proyectos de riego.
Calles realizó un cambio constitucional que posibilitó el regreso de Obregón a la presidencia. Sin embargo, después de la elección y antes de la asunción, Obregón fue asesinado por un fanático religioso. Calles proclamó públicamente el fin de la era de los caudillos. Sin ocupar de nuevo la presidencia, permaneció como jefe máximo detrás de tres gobiernos sucesivos entre 1928 y 1934. Fueron años de transición, gobernados por una camarilla adinerada, una desaceleración de la reforma revolucionaria y el cinismo, la corrupción y la depresión. Se estableció el partido oficial como medio para asegurar la transferencia pacíficas de poder y se promulgó el Código Federal del Trabajo.
La necesidad de una reafirmación del compromiso revolucionario dio lugar a la elaboración de un plan oficial de seis años en 1934 y a la elección de Lázaro Cárdenas como presidente. Cuando Calles criticó el manejo de los disturbios laborales por parte del nuevo ejecutivo, Cárdenas lo obligó a abandonar el país. A Calles se le permitió regresar a México en 1941 y murió allí, el 19 de octubre de 1945.