Pompeyo el Grande

Marco Cneo Pompeyo Magnus, más conocido como Pompeyo el Grande, fue uno de los mayores generales militares de la historia romana. Podía presumir de triunfos en todo el mundo romano, en el campo de batalla y en las salas de gobierno. Se elevó a las alturas de la voluntad política, pero finalmente se encontró con la derrota y la traición.

Nacido el 29 de septiembre de 106 a. C.en el seno de una rica familia romana, Pompeyo mostró una temprana perspicacia para la guerra al unir su suerte a Sila en su lucha con Cayo Mario. Pompeyo conquistó Sicilia en 82 a. C., año en que Sila fue declarado dictador, luego siguió adelante y solidificó la influencia romana en África. Sila lo recompensópor su servicio dándole el título de Magnus ("el Grande").

Pompeyo acabó con la revuelta de Sertorio en España, aunque tardó cinco años en hacerlo, y volvió a Roma como un popular conquistador. En el 70 a.C., fue nombrado cónsul, junto con Marco Licinio Craso. La elección de Pompeyo como cónsul fue significativa porque no tenía experiencia política previa, como era la costumbre en ese momento.

Craso y Pompeyo eran dos de los hombres más poderosos de Roma en ese momento, pero no eran aliados. Compartían una desconfianza entre ellos que creció en el año en que se desempeñaron como cónsules. El año anterior, Pompeyo había capturado a algunos rezagados de la revuelta de esclavos de Espartaco (terminada por Craso) y luego reclamó el crédito por poner fin a la revuelta él mismo. Cada uno de los dos hombres también sospechaba de las ambiciones del otro.

En el 67 a.C., Pompeyo fue enviado a lidiar con varios grupos de piratas que habían estado merodeando por el Mediterráneo, hostigando los cargamentos de granos romanos, entre otras cosas. En menos de un año, Pompeyo había derrotado a todos los piratas y asegurado las líneas de suministro romanas al oeste y al este.

Al año siguiente, el Senado volvió a llamar a Pompeyo para que dirigiera las fuerzas romanas contra el rey Mitrídates VI de Ponto, en otro levantamiento más en esa parte del mundo. (Esto se llamó la Tercera Guerra Mitrídatica.) Después de una serie de amagues y retiradas, las fuerzas de Pompeyo se enfrentaron a las de Mitrídates y, finalmente, después de 20 años, consiguieron una victoria decisiva. Pompeyo continuó hacia el este y reclamó Siria, Judea y Jerusalén para Roma.

De vuelta en Roma, Craso estaba consolidando su control sobre el poder romano y entrando en una alianza por necesidad con Julio César, quien para entonces había asegurado su posición como una de las mentes militares y legales más prometedoras de Roma. Con Pompeyo regresando como héroe conquistador a Roma en el 61, los problemas se estaban gestando nuevamente. César, sin embargo, convenció a Craso y Pompeyo de unirse a él en una nueva forma de gobierno, una estructura de tres hombres que se denominó Primer Triunvirato. De hecho, eran los tres hombres más poderosos de Roma y tomaron medidas para asegurarse de que cumplieran el mandato. Para cimentar la alianza, César aprobó que Pompeyo se casara con su hija Julia.

El arreglo funcionó en beneficio de los tres, dentro de las salas del gobierno romano y en otras partes de la República. Dividieron las provincias de Roma entre ellos, con Pompeyo tomando España, Craso gobernando Siria y César presidiendo Galia e Illyrica.

La división apaciguó por un tiempo los celos entre los tres poderosos hombres, pero la alianza comenzó a desintegrarse en el 56. César convocó a Craso y Pompeyo a una reunión secreta, la Conferencia de Lucca, en la que los tres hombres forjaron el camino a seguir. Al año siguiente, Craso y Pompeyo fueron nuevamente elegidos cónsules y César partió hacia la Galia.

No solo era un soldado, a Pompeyo también le gustaba el teatro e invirtió dinero en lo que se convirtió en el primer teatro permanente construido específicamente para la República. El gran complejo de edificios tenía tiendas, jardines y un templo.

La esposa de Pompeyo, Julia (la hija de César), murió al dar a luz en 54. César, que para ese momento había invadido Gran Bretaña no una sino dos veces, ofreció a su nieta Octavia (hermana de Octavio), pero Pompeyo se negó.

Craso murió en una misión militar en el 53. Con César en la Galia, Pompeyo fue declarado cónsul único. Al año siguiente, se negó a sancionar la elección de César al consulado porque (estando todavía en la Galia) no estaba en Roma. Esta fue la última de un número creciente de diferencias entre ambos hombres que eventualmente resultó en un conflicto militar.

En el 49, César había acabado con la Galia y, marchaba con sus hombres de regreso a Roma. El Senado le ordenó de no entrar en Roma con sus legiones, pero César se negó. Cuando cruzaron el río Rubicón, el Senado lo declaró en rebelión y reclutó a Pompeyo para defender Roma.

Recién salido de una victoria decisiva sobre Vercingetorix, las fuerzas de César estaban en mejores condiciones para luchar que las legiones de Pompeyo, que habían estado en gran parte inactivas durante un tiempo. Pompeyo tomó la decisión estratégica de retirarse de Roma y de Italia por completo, a Grecia. César lo siguió y venciéndolo en la Batalla de Farsalos, en el 48 a.C.

César permitió que Pompeyo se retirara a donde quisiera y Pompeyo eligió Egipto. Pero el joven Ptolomeo XIII no tenía intención de dejar que Pompeyo envejeciera en Egipto y ordenó el asesinato del general. Fue apuñalado el 28 de septiembre de 48 a. C. justo cuando llegaba a Egipto y murió en la playa.