Ramón Areces

Ya en Cuba, el jioven Ramón comenzó a trabajar en los almacenes El Encanto, dónde su tío era gerente y aprendió el oficio,  con su primo Pepín Fernández, quien más tarde se convertitía en su gran competidor con las Galerías Preciados. 

En 1924 viajó a los Estados Unidos y Canadá para estudiar Inglés y economía, mientras trabajaba en una empresa dedicada a la importación. Cuatro años más tarde regresó a La Habana, donde permaneció hasta 1935. Ese año decidió regresar a España con la idea de desarrollar el concepto de tienda por departamentos, en cuya actividad se había formado, y desarrollado con éxito en el extranjero. 

Para ejecutar el proyecto en Madrid adquirió una pequeña tienda, dedicada al corte y confección, llamado El Corte Inglés, y para crear la empresa, recibió una vez más el apoyo de su tío César Rodríguez, quien proporcionó el capital necesario para gestionar el traspaso.

Decidió mantener el nombre original de la tienda y diseñó la estructura y estrategia de negocio de una empresa que se convirtió en la primera empresa privada no financiera del país y, con los años, en la más prestigiosa cadena de almacenes por departamentos. Durante la Guerra Civil Española, Areces mantuvo abierto su negocio y, finalizado el conflicto, dio los primeros pasos para impulsar su crecimiento, hasta convertirse en una de las cadenas más grandes de Europa, con una filosofía empresarial basada en la estrecha relación entre gerentes, empleados y clientes. 

El Corte Inglés se convirtió en sociedad anónima en 1940 y, después de un aumento de capital, cambió el objeto social de la empresa ara comercializar todo tipo de artículos. Con el concepto de gran almacén y la idea de negocio, César Rodríguez, socio principal en la nueva compañía, compró un edificio de seis pisos en  Madrid, justo frente a su gran rival, la tienda Galerías Preciados.

La expansión de los negocios de Areces comenzó entonces y nunca se detuvo. La cadena obtuvo el autofinanciamiento a través del capital aportado por Rodríguez, en primer lugar y, más tarde siguiendo una política de reinversión de los beneficios. Sin embargo, los primeros años no fueron fáciles, debido principalmente a la escasez de suministros en la España de la posguerra y la dura competencia de Galerías Preciados, la compañía que Pepín Fernández amplió con éxito por varias ciudades españolas.

Para superar la escasez de bienes, el empresario creó en 1949 INDUYCO Asturias, la primera sucursal de El Corte Inglés, que fabricaba textiles, y, para hacer frente a su principal competidor optó por la calidad y exclusividad de sus productos, para capturar a los mmercados ás exigentes y elitista.

Había comenzado la década del '60 y César Rodríguez salió de Cuba para instalarse en España, con una fortuna considerable destinada a inyectar liquidez en la empresa formada por su sobrino. En 1962, se inauguró una nueva sucursal de El Corte Inglés en Barcelona. Rodríguez murió en 1966 sin hijos y todo su capital fue invertido en el negocio, lo que llevó a una acelerada expansión. 

Areces abrió nuevas tiendas en Madrid y sucursales en varias provincias españolas. La compañía también comenzó a diversificar su negocio en el sector de servicios, creando competitivas subsidiarias en el mercado de los viajes, la decoración, los seguros, las telecomunicaciones y la computación.

En 1972 el empresario español sufrió una enfermedad que lo alejó por un largo período de su negocio.

En marzo de 1976 creó la Fundación Ramón Areces, institución cultural fundada para promover y desarrollar la educación, la cultura y la investigación científica y técnica. Cuando murió, el 30 de julio de 1989, la Fundación heredó su patrimonio empresarial y su sobrino Isidro Álvarez se convirtió en presidente del Corte Inglés.