El físico y educador canadiense
Richard Edward Taylor, nació en Medicine Hat, Alberta el 2 de noviembre de 1929.
Taylor atribuía al "aislamiento" de crecer en un pequeño centro rural con su deseo de "entender el mundo". La pérdida de 3 dedos en una explosión durante un experimento de química a los 14 años, puede haber influido en su elección la Física para ampliar esta comprensión.
Después de completar su BSc y MSc en la Universidad de Alberta, comenzó su doctorado en la Universidad de Stanford, pero antes de completarlo, aceptó una invitación para ayudar a construir un acelerador lineal de electrones en el Laboratoire de l'Accélérateur Linéaire en Orsay, Francia.
Después de 3 años, se unió brevemente al personal del Laboratorio Lawrence Berkeley de California, pero pronto regresó a Stanford para terminar su doctorado y ayudar a construir un sofisticado acelerador de electrones subterráneo de 2 millas (3.2 km) en el Valle de Santa Clara.
Como miembro del personal del nuevo Stanford Linear Accelerator Center, Taylor avanzó a profesor y a director asociado. Su investigación resultó en al menos 5 doctorados honorarios y varios premios científicos, incluido el Premio Nobel 1990 en física, compartido con Jerome I. Friedman y Henry W. Kendall.
Con el Acelerador Lineal de Stanford, ellos fueron capaces de romper protones, hasta ese momento las partículas conocidas más pequeñas de la materia, y demostrar que en lugar de ser uniformes, los protones están compuestos de discretas partículas más pequeñas, demostrando así que los "quarks" previamente postulados y largamente buscados, eran entidades reales, no meras abstracciones matemáticas. Sus experimentos también indicaron la presencia de "gluones", constituyentes eléctricamente neutros del protón que "aglutinan" los quarks entre sí.
El comité del Nobel atribuyó a estos investigadores la revelación de "un nuevo peldaño en la escalera de la creación".