El pintor británico
Richard Wilson elevó la pintura paisajística inglesa a nuevas alturas, uniendo sus tradiciones topográficas con las de los grandes maestros del paisaje del siglo XVII.
Richard Wilson nació en Penygoes, Montgomeryshire (Gales), el 1 de agosto de 1713 o 1714; fue el tercer hijo del rector de Penygoes, gracias a quien recibió una excelente educación en la literatura clásica. En 1729, Richard fue a Londres para entrenarse con el retratista Thomas Wright. Las conexiones familiares con la aristocracia ayudaron a Wilson a obtener numerosos encargos para pintar retratos, entre ellos uno de la familia real, pero su reputación entre los artistas se debió principalmente a sus paisajes topográficos, imbuidos de un fuerte sentimiento por el naturalismo al aire libre. En 1746 pintó para el Founding Hospital, las obras Founding Hospital y St. George's Hospital.
En 1750 Wilson viajó a Venecia y un año más tarde a Roma, donde Salvator Rosa fue su principal ejemplo en los paisajes dramáticos con tormentas, naufragios y bandidos. Durante seis años, Wilson hizo un estudio intensivo del paisaje italiano, especialmente las escenas con asociaciones clásicas, trabajando sus bocetos al aire libre como obras de estudio, fuertemente influenciado en su manejo de la luz y el aire por los maestros holandeses y en su composición por Gaspard Dughet , Nicolas Poussin y Claudio de Lorena.
Después de su regreso a Inglaterra hacia 1756 o 1757, Wilson se instaló en un apartamento en la Gran Plaza de Covent Garden, donde también tenía un estudio para sus alumnos. Forjó su camino hacia la fama con una serie de versiones de Destruction of the Daughters of Niobe, una de las cuales fue exhibida en la Sociedad de Artistas en 1760.
Entre 1765 y 1769 dejó su apartamento en el Covent Garden. Elegido miembro fundador de la Real Academia en 1768, estableció una práctica tanto importante como lucrativa, pero su esporádica mala salud, generosidad, susceptibilidad, y el tiempo no remunerado dedicado a pintar imponentes y heróicos paisajes, contribuyeron a la disminución de su fortuna. Su nombramiento como bibliotecario de la Real Academia en 1776, fue en gran medida un gesto de caridad.
Wilson visitaba con frecuencia a su amada Gales, y se retiró allí en 1781. Murió en Colomendy, Denbighshire, al año siguiente, el 11 de mayo de 1782. Sus paisajes de Gales, como Snowdon (1766) y Cader Idris (1774), así como sus cuadros sobre la campiña inglesa, son pinturas muy originales que anuncian la exaltación romántica de la naturaleza y la soledad.