Robert Mitchum nació el 6 de agosto de 1917 en Connecticut. Teniendo solamente dos años de edad, su padre, que trabajaba en el ferrocarril, sufrió un accidente laboral y murió. Quizá esto influenció en la difícil niñez y adolescencia del futuro actor, que
tuvo continuos problemas tanto con la familia como en el colegio, hasta que con 14 años se escapó de casa.Se dedicó unos años a vagabundear, yendo de un rincón al otro del país subiéndose al primer tren que veía. Esto provocó que fuera arrestado alguna vez por vagancia e incluso una vez encerrado en un reformatorio, aunque se escapó. Es curioso el hecho de que, pese a llevar este tipo de vida y ser un joven problemático, era un gran aficionado a la lectura.
Cuando se cansó de vagabundear consiguió un empleo en la
Lockheed Aircraft, combinándolo con su colaboración en un grupo de teatro, lo que le ayudó a descubrir su vocaciòn de actor, empezando a participar en algunos largometrajes de bajo presupuesto.
Su primera oportunidad se la dió el director de cine
William Welman en 1945, y Robert Mitchum supo aprovecharla. El mencionado cineasta le ofreció un papel en su película
“También somos seres humanos”, en la que, pese a ser su primera intervención en un largometraje destacado, consiguió ser nominado al Óscar, consagrándose como actor.
A partir de aquí, el actor empieza a rodar una película tras otra, con títulos que han pasado a formar parte de la historia del séptimo arte. Así, en la década de los 40 intervino en largometrajes como
“Encrucijada de odios” o
“Retorno al pasado”. Y en la década de los 50, mucho más prolífica aún, rodó títulos tan conocidos como
“Río sin retorno” o
“La noche del cazador”, una genial película que interpretó a las órdenes de
Charles Laughton.
Aunque con el tiempo fue espaciando más sus intervenciones, trabajó hasta sus últimos días. De hecho, su último trabajo, pocos días antes de su fallecimiento, fue en una corta intervención en
“El cabo del miedo”, remake de su película
“El cabo del terror”.
Aparte de un excelente actor,
fue una persona de gran carisma, al que le caracterizaba una actitud despreocupada y una total falta de vanidad. Jamás se consideró una estrella. En este sentido cabe recordar una famosa frase pronunciada por él:
"¿Actor? Sí. Pero no olvide que Rin-tin-tin también lo era".
Robert Mitchum falleció el día 1 de julio de 1997 en California.
De entre su extensa filmografía, aparte de los títulos ya mencionados, podemos destacar
“El gran robo”,
“Las fronteras del crimen”,
“La trampa”,
“No serás un extraño”,
“Sólo Dios lo sabe”,
“Con él llegó el escándalo” o
“El día más largo”, entre muchísimos otros.