Ruy Barbosa (1849-1923) fue un abogado, periodista y político brasileño; una de las figuras políticas latinoamericanas, más dotados intelectualmente de su tiempo.
Ruy Barbosa de Olivera nació el 5 de noviembre de 1849, en una tradicional familia de ascendencia portuguesa, de São Salvador, Bahía. De 1866 a 1870 estudió en las escuelas de derecho de Recife y São Paulo, donde se unió con entusiasmo al movimiento abolicionista. Sus ideas liberales fueron igualmente bien articuladas tanto en su propio periódico abolicionista, O Radical Paulistano, como en sus encendidos discursos ante organizaciones y grupos estudiantiles de São Paulo. Regresó a Bahía después de su graduación, ingresó en el Partido Liberal y se convirtió en editor del Diario de Bahía, donde continuó su campaña contra la esclavitud.
Su primera publicación importante, apareció en 1877, una traducción que realizó de "El Papa y el Consejo", una obra alemana publicada una década antes, que atacaba la doctrina de la infalibilidad papal. El prefacio de esta obra es un ejemplo sobresaliente de su excelente prosa.
En 1878 fue elegido miembro de la Cámara Nacional de Diputados, donde apoyó firmemente la reforma educativa y la abolición. En reconocimiento a su detallado informe sobre el sistema educativo nacional, se le concedió el título de Consejero del Imperio en 1881. Su posición sobre la abolición, sin embargo, condenó al fracaso su candidatura a la reelección.
Admirador durante mucho tiempo de la monarquía parlamentaria británica, Barbosa favorecía más una descentralización del Imperio en lugar de una República. Cuando la abolición se decretó en mayo de 1888, Barbosa inmediatamente aceleró su demanda de federalización del Imperio a través de otro de sus trabajos, el Diario de Noticias. Después del golpe militar que depuso a Pedro II, Barbosa fue elegido vice jefe del gobierno provisional de Manoel Deodoro da Fonseca, y se le dieron las carteras de los ministerios de finanzas y de justicia, así como el encargo de escribir la constitución.
Como ministro de Hacienda, Barbosa heredó la defectuosa economía imperial. Su continuación del encilhamento (un período de especulación financiera desenfrenada en el mercado de valores de Brasil) y la autorización para emitir papel moneda, sólo exacerbó la crisis financiera. Renunció a su cargo, junto con el resto del gabinete de Deodoro, durante la crisis ministerial de enero de 1891, y más tarde atacó al sucesor de Deodoro, Floriano Peixoto, por su desconocimiento de la Constitución.
Acusado de ser uno de los conspiradores en la revuelta naval de septiembre 1893, Barbosa huyó a Buenos Aires y más tarde a Londres. Mientras estaba en Londres, escribió una serie de cartas que dan sus impresiones y observaciones de la escena europea. Esta serie, más tarde publicado en su excelente "Cartas da Inglaterra" (Cartas de Inglaterra), se inició en enero 1895 con un elocuente alegato por la justicia en el caso Dreyfus.
De regreso a Brasil después de la elección de Prudente de Morais a finales de 1895, ganó un escaño en el Senado e instó a una amnistía general para todos los implicados en las revueltas de 1893-1894. Encabezó la delegación brasileña a la Segunda Conferencia de La Haya en 1907 y ganó el reconocimiento internacional como "El Águila de La Haya" por su valiente defensa de la igualdad jurídica de las naciones, su dominio del derecho internacional, y su espléndida oratoria en varios idiomas. Al año siguiente se convirtió en miembro de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya.
En 1909 Barbosa renunció a su cargo como vicepresidente del Senado para oponerse al candidato militar Hermes da Fonseca a la presidencia de Brasil. Aunque su campaña antimilitarista fue la más popular que Brasil había visto en su historia, la manipulación política le privó de la victoria.
Durante la Primera Guerra Mundial Barbosa aconsejó la neutralidad brasileña y más tarde se negó, por razones personales y políticas, a encabezar la delegación brasileña a la Conferencia de Paz de Versalles. Murió en Petrópolis (Río de Janeiro) el 1 de marzo 1923.
Además de su fama política, Barbosa también es considerado uno de los más grandes estudiosos de Brasil y tal vez el más excepcional prosista de la lengua portuguesa. Era un lingüista preeminente que hablaba con fluidez inglés, francés, español e italiano y poseía un conocimiento dominante de las lenguas clásicas. Su biblioteca multi-idiomática de 40.000 volúmenes, se cree sea la colección privada más grande de América Latina.