Cuando cumplió los nueve años hizo su primer par de zapatos, creados exclusivamente para sus hermanas en el día de su confirmación de los votos cristianos. A partir de ese momento, supo que esa sería su fortuna.
Su pasión por los zapatos lo llevó a aprender durante un año bajo la enseñanza del zapatero local de su pueblo. Poco tiempo después, fundó su primera tienda en uno de los cuartos de la casa de sus padres.
Ya en el año 1914 recibió la invitación de uno de sus hermanos que había emigrado a la “
tierra de la esperanza”. Entonces,
Salvatore también se embarcó hacia los Estados Unidos, donde comenzó a trabajar en la fábrica de botas de cowboys donde estaba su hermano.
Ferragamo estaba convencido que encontraría la fortuna de alguna forma en aquella tierra, y luego de varias peleas, convenció a su hermano mayor para que se mudaran a California.
Su primer establecimiento fue en Santa Barbara, pero siendo tan visionario como era, pronto levantó de nuevo sus pertenencias para llevarlas a Hollywood. Allí creó su primera tienda de reparación de calzado a medida.
Las nacientes estrellas de la zona comenzaron a apreciar estos artículos como algo de gran valor, por lo que pronto lo invitaron a crear diseños exclusivos para ellos. De esta forma,
Ferragamo se convirtió en el “
zapatero de las estrellas”.
Aún así, el joven emprendedor no estaba satisfecho con su trabajo, puesto que no comprendía como era que sus creaciones podían satisfacer tanto a los ojos y lastimar de igual forma los pies.
Pronto se enroló en la
University of Southern California, donde ingresó para estudiar anatomía. Esto le ayudó a comprender como hacer mejores modelos, basándose en la forma de los pies de quienes pedían sus servicios.
En 1927 regresó a su Italia natal, para establecerse en Florencia, donde comenzó a construir los zapatos más valuados de toda la historia hasta el momento.
Sus diseños fueron utilizados por mujeres como
Eva Perón y
Marilyn Monroe.
Ya para 1950,
Ferragamo había expandido su imperio a más de 700 artesanos expertos en la creación de zapatos hechos a mano, produciendo un enorme total de 350 pares por día.
El 7 de Agosto de 1960 el mundo perdió a quien se puede llamar como el primer visionario de los zapatos, un diseñador tan versátil que creó obras de arte para los pies y al mismo tiempo el calzado más cómodo para las estrellas.
Su nombre vive actualmente en la compañía que su familia maneja, vendiendo artículos tales como zapatos de supremo lujo, carteras, anteojos, accesorios de seda, relojes, perfumes y hasta una línea de vestir.
Su esposa
Wanda fue la sucesora de su éxito y a ella la siguieron sus seis hijos,
Fiamma,
Giovanna,
Fulvia,
Ferrruccio,
Massimo y
Leonardo.