Sergey Rachmaninov

Rachmaninov procedía de una acomodada familia amante de la música; la madre del joven Sergei fomentó el talento innato del niño dándole sus primeras lecciones de piano. Después de perder parte de la fortuna familiar, los Rachmaninov se trasladaron a San Petersburgo, donde Sergei estudió con Vladimir Delyansky en el Conservatorio. A medida que su estrella crecía, fue al Conservatorio de Moscú, donde recibió una sólida formación musical: clases de piano con el estricto y disciplinado Nikolay Zverev y Alexander Siloti (primo de Rachmaninov), contrapunto con Taneyev y armonía con Arensky. Durante su tiempo en el Conservatorio, Rachmaninov abordó con Zverev, cuyos "domingos musicales" proporcionaron al joven músico la valiosa oportunidad de hacer importantes contactos y escuchar una gran variedad de música.

Mientras continuaba sus estudios en el conservatorio, el creciente talento de Rachmaninov floreció; recibió el estímulo personal de Tchaikovsky y, un año después de obtener un grado en piano, recibió la medalla de oro del Conservatorio por la composición para su ópera Aleko (1892). 

Los primeros contratiempos en su carrera como compositor -en particular, la pésima recepción de su Sinfonía No. 1 (1895) - condujeron a un largo período de depresión y de duda, que superó con la ayuda de la hipnósis. Con el rotundo éxito de su Concierto para piano nº 2 (1900-1901), sin embargo, se aseguró una fama duradera. 

La primera década del siglo XX demostró ser productiva y feliz para Rachmaninov, quien durante ese tiempo produjo obras maestras como la Sinfonía No. 2 (1907), el poema sinfónico Isle of the Dead (1907) y el Concierto para piano No. 3 (1909). El 12 de mayo de 1902, el compositor se casó con su prima, Natalya Satina.

A finales de la década, Rachmaninov se había embarcado en su primera gira americana, que cimentó su fama y popularidad en los Estados Unidos. Continuó teniendo su hogar en Rusia pero lo dejó permanentemente después de la revolución de 1917; posteriormente vivió en Suiza y los Estados Unidos entre extensas giras europeas y americanas. Mientras que sus viajes incluyeron compromisos de dirección (se le ofreció dos veces, y se negó dos veces, el liderazgo de la Orquesta Sinfónica de Boston), fueron sus asombrosas habilidades pianísticas las que le ganaron su mayor gloria. Rachmaninov poseía una técnica de teclado marcada por la precisión, claridad y un sentido del legato singular. De hecho, las manos del pianista se convirtieron en materia de leyenda. 

Afortunadamente para la posteridad, Rachmaninov grabó gran parte de su propia música, incluyendo los cuatro conciertos de piano y lo que quizás es su obra más querida, la Rapsodia sobre un tema de Nicoló Paganini (1934). Se convirtió en ciudadano estadounidense unas semanas antes de su muerte en Beverly Hills, California, el 28 de marzo de 1943.