Thomas Fuller, nacido el 19 de junio de 1608 en Aldwincle, Northamptonshire, fue un erudito y predicador británico y uno de los autores más ingeniosos y prolíficos del siglo XVII.
Fuller se educó en el Queen's College, en Cambridge (MA, 1628; BD, 1635). Habiendo alcanzado una gran reputación en el púlpito, fue nombrado predicador en la Capilla Real Savoy, Londres, en 1641. Allí ofició hasta 1643, cuando el deterioro de la situación política, que había llevado a las primeras batallas de las Guerras Civiles inglesas un año antes, lo obligó a salir de Londres y dirigirse a Oxford.
Por un tiempo durante los combates, se desempeñó como capellán del ejército realista y, durante casi dos años, estuvo presente en la casa de la princesa Henrietta en Exeter. Regresó a Londres en 1646 y escribió
Andronicus, or the Unfortunate Politician (1646), una sátira contra
Oliver Cromwell. En 1649 recibió la parroquia de Waltham Abbey, Essex, donde se hizo amigo de otro importante biógrafo de la época, Izaak Walton.
Fuller fue nombrado nuevamente para un púlpito en Londres (1652). Allí completó La Iglesia-Historia de Gran Bretaña (1655), obra notable por su número de excelentes bocetos de personajes, a la que agregó Historia de la Universidad de Cambridge e Historia de Waltham-Abadía en Essex (1655). En 1658 recibió la parroquia de Cranford, cerca de Londres, y continuó predicando en la capital. Tras el restablecimiento de la monarquía (1660), se restauraron todos los privilegios eclesiásticos de Fuller y se convirtió en doctor de divinidad en Cambridge.
Al enriquecer sus relatos de los hechos con descripciones de curiosidades psicológicas y otros detalles de interés humano, Fuller amplió el campo de la escritura biográfica inglesa. Su obra La historia de los dignos de Inglaterra, publicada póstumamente en 1662, fue el primer intento de un diccionario biográfico nacional. También fue un historiador que recopiló datos de fuentes originales, produciendo obras que proporcionan información anticuaria muy valiosa. Adquirió una reputación de singularidad porque sus escritos abundan en epigramas, anécdotas, juegos de palabras y otros conceptos, aunque también prestóba mucha atención a la forma literaria.
Para el lector moderno, el trabajo más interesante de Fuller es probablemente El estado santo, el estado profano (1642), una entretenida colección de bocetos de personajes importantes para el historiador de la literatura inglesa.