Antony Meléndez nació en
Nicaragua un
9 de enero de 1962 y es reconocido por ser uno de los guitarristas más famosos a nivel mundial, a pesar de haber nacido sin brazos es hoy consagrado como uno de los hombres más influyentes en los jóvenes latinos y con sus charlas de motivación ha logrado calar muy hondo en el sentir de muchos jóvenes con problemas de inseguridad.
Tony, como lo conocen en el mundo del arte
nació sin brazos debido a unas pastillas recetadas por un médico para controlar las náuseas de la madre durante la gestación. Devastados por este trágico suceso y debido a la falta de atención y precarias condiciones en su país, deciden mudarse a los Estados Unidos, donde Tony y sus hermanos pudieran desarrollarse, en un inicio debieron pasar algunas necesidades pero con el correr de los años sus situación mejoró gracias al esfuerzo de sus padres.
La infancia de Tony fue bastante normal, nunca se sintió menos por no tener brazos y se desarrolló como un niño normal, ayudado siempre por sus prótesis, las cuales le permitían correr y poder mantener el equilibrio mientras jugaba fútbol. A pesar de odiar sus brazos artificiales sabía que los necesitaba
Cuando aún era un menor su padre le enseñó a
tocar la guitarra y con una vieja guitarra española, Tony demostró primero a su familia y amigos que podía convertirse en un gran artista. De allí en adelante no paró, continuó sus estudios en el conservatorio y ya de joven se dedicó a participar en conciertos dando fe que todo se puede lograr con esfuerzo y dedicación.
Hoy en dia esta casado y tiene dos hijos que son el impulso de su día a día, el ha dedicado su vida a tocar en numerosos conciertos, sólo y como acompañante de grandes artistas, también se dedica a dar
charlas de motivación por todo Estados Unidos ayudando a jóvenes como él a tener una aspiración en su vida.
Uno de sus más grandes logros es haber escrito su libro
Un regalo de Esperanza, escrito en inglés y traducido al castellano, todo un éxito en América Latina. No podemos dejar de mencionar su participación ante el papa
Juan Pablo II con el tema
Never be the same, luego de terminada su participación el pontífice se acercó a él y lo felicitó por lo mucho que había logrado, dándole las gracias por ser un ejemplo a seguir para miles de jóvenes.