El cantante folklórico
Víctor Lidio Jara Martínez nació el 28 de septiembre de 1932 en Lonquén, Chile. Fue uno de los pioneros de la
Nueva Canción, un movimiento de músicos populares de corte político. Su actividad política le llevó a la tortura y ejecución por parte del régimen del dictador chileno
Augusto Pinochet.
Jara fue criado en la pobreza por un padre agricultor y una madre cantante de folklore. Dejó la escuela a los 15 años para prepararse para el sacerdocio, pero abandonó los estudios clericales para unirse al ejército, del que fue dado de baja honrosamente, después de un año de servicio. Luego estudió teatro en la Universidad de Chile. Tras su graduación comenzó a trabajar como director de escena, trabajo que continuó incluso después de que despegara su carrera como cantante.
El interés de
Jara por la música popular se disparó cuando en 1957 conoció a
Violeta Parra, una de las fundadoras del movimiemnto Nueva Canción. Comenzó a tocar canciones populares con una decidida inclinación izquierdista, y lanzó su álbum debut homónimo (también llamado
Canto a lo Humano en sucesivas reediciones) en 1966. A este le siguieron otras grabaciones muy bien recibidas, incluyendo
Pongo en tus manos abiertas... (1969),
El derecho de vivir en paz (1971), y
La Población (1972).
Las canciones de la Nueva Canción ganaban prominencia a medida que Chile se convertía en un centro de agitación política durante la década de 1960 y principios de los 70, que incluyeron la elección del Presidente socialista
Salvador Allende en 1970 y su derrocamiento por
Augusto Pinochet en 1973. La canción de
Jara "
Venceremos" fue el tema del partido político de Allende (la izquierdista Unidad Popular) durante su exitosa campaña presidencial y se convirtió en un himno de izquierda a lo largo de todo Chile.
La fama de
Jara pronto trascendió Chile, y su obra fue promovida por reconocidos cantantes folk americanos como
Joan Baez,
Pete Seeger, y Phil Ochs (el último de los cuales se reunió con
Jara en Chile y más tarde organizó un concierto benéfico en homenaje a él y otras víctimas del golpe, luego de la muerte del cantante chileno).
El status de Jara como un icono de la política chilena de izquierda y su relación con Allende lo pusieron de lleno en la mira de Pinochet mientras el general estaba planeando su golpe de Estado. Poco después que comenzara el golpe del 11 de de septiembre de 1973 Jara fue uno de los miles de miembros y partidarios de la Unidad Popular detenidos por las fuerzas de Pinochet y mantenidos detenidos en un estadio de fútbol. Allí fue golpeado en repetidas ocasiones. Cuando sus dedos fueron destruidos por los guardias, y se le pidió burlonamente que tocara la guitarra y cantara para sus compañeros de prisión, Jara respondió cantando desafiante "Venceremos". Poco después fue muerto a tiros por las fuerzas de Pinochet.
A raíz de su muerte, Jara se convirtió en un icono nacional en Chile, y todavía se invoca en las canciones populares de ese país y en el extranjero. El estadio en el que murió fue rebautizado Estadio Víctor Jara en 2003. En 2012 ocho oficiales retirados del ejército chileno fueron acusados del asesinato de Jara.