La gran poetisa
Wislawa Szymborska nació el 2 de julio de 1923 en Cracovia, Polonia. Su infancia y adolescencia estuvieron marcadas por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. La joven
Wislawa se vio obligada, de hecho, a continuar sus estudios en la clandestinidad, y es de esta manera que logró graduarse en 1941. En 1943, gracias a su trabajo como empleada de ferrocarriles, evitó la deportación a Alemania para realizar trabajos forzados. En el mismo período también comenzó su carrera artística ilustrando libros de texto en inglés.
Se matriculó en la universidad en 1945, en la facultad de literatura, para luego pasar a la de la sociología, pero nunca terminó los estudios. Después de tres años debió abandonar debido a graves problemas económicos. Sin embargo tuvo la suerte de conocer al ensayista y poeta Czeslaw Milosz, Premio Nobel de Literatura en 1980, que la involucró en la vida cultural de la capital polaca. Se empleó entonces como ilustradora y secretaria en una revista bisemanal y en 1948 se casó. El matrimonio duró poco, y Wislawa se divorció después de seis años para luego volverse a casarse con el escritor y poeta Kornel Filipowicz.
Su primer poema, "Estoy buscando una palabra", se publicó en 1945 en un periódico. Inicialmente todos sus escritos sufrieron la misma suerte, ya que antes de la publicación en la prensa, debían pasar el escrutinio de los censores. Su primera colección real de poemas, "Por esto vivimos", fue publicada mucho más tarde, en 1952, favorecido por los poemas que alababan el régimen socialista. Una colección anterior, de hecho, no se publicó como se esperaba porque fue considera demasiado carente de contenido socialista. Wislawa sin embargo, como muchos otros intelectuales de la época, abrazaban la ideología socialista de manera oficial, es decir, a través de la participación activa en la vida política de su país. También se unió al Partido de los Trabajadores Polacos, siendo miembro hasta 1960.
Más tarde se distanció de estas sus posiciones ideológicas, que ella describió como "un pecado de juventud" y publicó sus pensamientos en una colección de poemas, "Preguntas hechas a mí misma", en 1954. A pesar de que su alejamiento definitivo del Partido tiene fecha de 1960, antes ya, se había puesto en contacto con los disidentes y renegó de lo que había escrito en sus dos primeras colecciones de poesía.
Alternó su actividad poética, bendecida por la buena suerte en el año 1957, con la colección "Apelar al yeti", con el trabajo de redactora en la revista "Vida Literaria" en la que publicó una serie de ensayos, "Lecturas opcionales", que luego continuaron en volumenes. En el mismo periodo también colaboró con la revista "Kultura", dirigida por inmigrantes polacos en París.
Sus poemas, a menudo muy cortos, están constituidos por versos libres, escritos de forma simple y con una cuidadosa elección de las palabras.
Wislawa Szymborska utilizó el arma de la ironía y la paradoja para afrontar cuestiones éticas y humanas que se conviertieron en una fuente de denuncia del Estado en que vivía. Todos sus poemas están vinculados a temas de actualidad de su época histórica. Su obra vivió y se nutrió también de su intensa actividad como manifestante que fue cada vez más significativa en los años '80, durante los cuales se comprometió a favor del sindicato Solidaridad, de
Lech Walesa.
En 1996 fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura. En la exposición de motivos para la concesión del Premio se lee: "para una poesía que, con precisión irónica, permite al contexto histórico y bológico salir a la luz, en fragmentos de humana realidad."
La poetisa recibió e el premio con sorpresa y emoción, al punto que ella misma se preguntaba cómo era posible tal éxito.
Szymborska también ontribuyó a la difusión de la poesía francesa en Polonia, gracias a la traducción de algunos poetas barrocos, y editó una antología de poesía hebrea. Su última colección, publicada en 2005, tuvo un gran éxito, y en una semana que se vendieron cuarenta mil ejemplares.
Wislawa Szymborska murió el 1 de febrero de 2012 en Cracovia tras una larga enfermedad. En sus poemas afrontó en varias ocasiones el tema de la muerte, diciendo: "No hay vida que, al menos por un momento, no haya sido inmortal."