"Ya estoy bastante acostumbrada", aseguró la estrella de
Sex and the City.
"Básicamente, me destrocé los pies".
Este fue un pequeño precio que tuvo que pagar para alcanzar el éxito.
Sarah Jessica Parker interpretó, una vez más, el papel que la convirtió en una estrella reconocida y en un ícono de la moda.
Carrie es una neoyorkina fanática de los zapatos que jamás sale sin sus tacos altos. La constante exposición a este calzado hizo estragos en la actriz.
"Ya no siento nada en mis pies", destacó
Parker.
"Pero está bueno", publicó el diario
The Sun.
"Fui una bailarina por muchos años y eso siempre te destroza los pies", confesó la actriz.
"Así que ya estaba bastante estropeada cuando comencé a filmar".