Kendra Wilkinson confesó que, hace varios años, antes de hacerse famosa por transformarse en una conejita de Playboy, trabajaba en un restaurante de pizzas, y que desde entonces, no puede probar el típico plato italiano: “
Tengo como una fobia a la pizza ahora porque tenía el aroma en mis manos. Detesto pensar en la pizza porque solía trabajar con ella”.
Por otro lado, la ex conejita confesó que tiene planeado hacerse una liposucción para quitarse los kilos que le quedaron después de tener a su primer hijo: “
Tengo toda esta piel suelta y no va a desaparecer. Tuve un parto por cesárea, lo cambió todo y daría lo que fuera por encontrar una solución para perder peso", señaló, y agregó: "
No me hice la liposucción después del nacimiento de Hank, porque sabía que quería más hijos. Me voy a hacer la lipo después de la llegada de mi segundo bebé, porque hasta entonces no estaré conforme cuando me vea al espejo".