Luego de firmar un contrato de nada menos que 5 millones de dólares,
Keith Richards publicará su autobiografía, de la que se pudieron conocer algunos pasajes en la última edición de la revista norteamericana
Rolling Stones, en la que se tocaron temas como las drogas, el amor y la música.
En la publicación, el Stone aseguró que no consume heroína desde 1979: "
Cuando la tomaba, estaba convencido de que mi cuerpo era mi templo. Podía hacer lo que me diera la gana con él, nadie podía decirme que sí o que no", y agregó: "
Siempre fui muy meticuloso con respecto a la cantidad que me metía. Nunca añadí un poquito más para hacer más grande el pegue".
Con respecto a sus relaciones amorosas, se supo que la mujer que mayor protagonismo tiene en el libro es
Anita Pallenberg, que si bien fue primero pareja del otro miembro de la banda,
Brian Jones (quien en 1969 apareció muerto en una piscina),
Richards dejó saber que su compañero era violento con ella: "
Le lanzaba cuchillos, vasos, la golpeaba". Pero finalmente, el guitarrista se quedó con la chica, con quien tuvo 3 hijos y estuvo hasta 1980.
Cabe mencionar en este punto que uno de los hijos de esta pareja falleció a los tres meses, cuando
Keith estaba de gira, y con respecto al tema, el músico aseguró que todavía se siente culpable: "
Nunca me perdonaré haber dejado a mi pequeño recién nacido".
Posteriormente, se separó de
Pallenberg, y estuvo en pareja con la modelo
Patti Hensen, con quien tuvo 2 hijos más.
Este libro, que pretende mostrar una faceta más humana del artista, también tiene algunos detalles escabrosos como el momento en que aspiró parte de las cenizas de su padre, hecho que se supo recién en el 2007: "
Abrí la tapa de la urna y cayó un poco de mi padre en la mesa del comedor. Y pensé que no podía usar el cepillo y el recogedor para algo así", contó al respecto.
Sin embargo, se supo que la persona que más aparece en el libro del guitarrista, es el cantante de los Rolling Stones, Mick Jagger, a quien conoce desde hace ya 50 años, y de quien dice: "
Amo a Mick (...) Pero es muy posesivo (...). Sin él, no habría blues".