Pocos días después de que se filtraran algunas de las fotos que
Lindsay Lohan realizó para la famosa revista masculina, la actriz fue captada en unas vacaciones en las famosas playas norteamericanas, en las que se la vio con un rostro claramente demacrado, totalmente opuesto al que se vio su reciente sesión, hecho que provocó que la prensa norteamericana comenzara a asegurar que las fiestas y las drogas ya comenzaron a pasarle factura.
Además, la abismal diferencia entre unas imágenes y las otras, despertaron la ola de especulaciones que aseguran que hubo un exceso de Photoshop en la edición de las fotos de Playboy, que se filtraron en las redes el pasado viernes.