Rihanna decidió iniciar un juicio a la famosa cadena textil por comercializar camisetas con su imagen ya que
Topshop nunca tuvo el consentimiento explícito de la cantante para ello, por lo que exige una indemnización de 5 millones de dólares.
Si bien la compañía se había asegurado en su momento de pagar los derechos de imagen que corresponden al autor de la fotografía, la cantante de Barbados considera que la firma no puede explotar su imagen sin obtener antes su permiso.
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El equipo de Rihanna llevaba mucho tiempo detrás de Topshop para que cesaran en su empeño de lucrarse a su costa, algo que la empresa no ha dejado de hacer a pesar de que Rihanna ya les había avisado de que no iba a tolerar que se explotara su imagen sin su consentimiento. Ellos aseguran que ya han cumplido con sus obligaciones al pagar los derechos del fotógrafo, y han mostrado una actitud bastante arrogante hacia Rihanna al decir básicamente que la empresa ya puede hacer lo que quiera al haber abonado su parte. Los agentes de Rihanna no piensan lo mismo y llevarán el caso a los tribunales”, dijo una fuente cercana a la cantante al New York Post.
Sin embargo, los esfuerzos de Rihanna por evitar que Topshop se beneficie de su imagen podrían no tener ningún efecto, ya que la legislación del Reino Unido solo protege económicamente a los autores de las imágenes y deja fuera de este ámbito a los protagonistas. No obstante, a raíz de esto, la cantante se puso en manos de un prestigioso bufete de abogados londinense para que la represente ante los juzgados británicos y para que, al menos, pueda presionar a las autoridades del país a reconsiderar las leyes que afectan a los derechos de imagen de los artistas musicales.
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Lo que más ha dolido a Rihanna de este asunto es haber recibido una respuesta tan altanera desde la empresa. Le han dicho algo así como: ‘Vete por ahí. Nosotros no te debemos nada y vamos a seguir aprovechándonos de tu fama para vender camisetas’. Esa falta de respeto es intolerable y, aunque su equipo sabe muy bien que en el Reino Unido normalmente no se paga a los artistas por hacer uso de su imagen, ella ha decidido utilizar la demanda como una forma de protesta ante las autoridades. Quiere presionar a los responsables políticos para que cambien la legislación y la acomoden mejor al criterio que se tiene en Estados Unidos, donde el artista y el fotógrafo deben dar su consentimiento a este tipo de explotación”, agregó la misma fuente.