Sarah Jessica Parker enfureció a los residentes del edificio en el que, en la ficción, vivía Carrie Bradshaw, tras realizar una serie de fotos promocionales para su nueva colección de zapatos.
El actor pide 250 millones de dólares, pues asegura que los creadores de la serie animada se basaron en su personaje del filme Goodfellas para crear a uno de los matones de Tony el Gordo