Desde que
Jennifer Lopez se hizo conocida, también lo hizo su trasero, que ha sido elogiado en incontables ocasiones; y es por ello que la diva decidió referirse a él en su último disco, con la canción “
Big Booty”.
Sin embargo, lejos de tratarse de un acto de vanidad, la ex de
Marc Anthony confesó que fueron sus dos hijos,
Max y
Emme, quienes la “
forzaron” a incluir este título en su último disco: “
Jamás se me habría ocurrido a mí cantar sobre mi trasero de forma tan natural, y menos aún optar por un título que deja tan poco a la imaginación. Pero un día estaba con mis hijos en el coche, escuchando la maqueta de la canción, y se volvieron locos. Me dijeron que tenía que llamarla Big Booty y así lo hice. No tuve elección, me forzaron”, confesó la cantante en su reciente aparición en el programa de
Jimmy Kimmel.
Además de confesar que los mellizos ejercen una gran influencia en sus decisiones artísticas, JLo se atrevió a confesar que cree que a los pequeños les espera un prometedor futuro en la industria discográfica gracias a su “
gran oído musical”, al punto de asegurar que ambos podrían convertirse en los verdaderos herederos artísticos de sus dos famosos padres: “
Lo cierto es que mis dos hijos han debido de heredar de nosotros el gran oído musical, ya que son capaces de identificar rápidamente los ritmos que funcionan en una canción y los que no. Mi hijo Max es especialmente bueno en esa tarea, quizá con el paso de los años se convierta en el próximo Clive Davis o nos obligue a nosotros a retirarnos prematuramente. No sé lo que quiero que haga con su vida, me conformo con que sea feliz”, agregó en la misma conversación.