El
Super Bowl (la final del campeonato de fútbol estadounidenses que este año ganaron los New England Patriots contra los Atlanta Falcons por 34 a 28) consagró no sólo al quarterback Tom Brady, sino también
Lady Gaga, protagonista de una increíble actuación durante el intervalo del partido.
La artista ofreció 13 minutos de espectáculo puro, durante los cuales no sólo mostró sus indudables cualidades vocales, sino tambien extraordinarias habilidades acrobáticas y circenses.
El show comenzó con la cantante, vestida con un body brillante salpicado de cristales, cantando dos pasajes cortos de
God Bless America y
This Land is Your Land en el techo del estadio de Houston (Texas), ante decenas de miles de personas en el más puro delirio. Ninguna polémica contra el presidente
Donald Trump.
Sostenida por varios cables de acero, la cantante finalmente aterrizó en una torre en el campo de juego y cantó
Poker Face, uno de sus grandes éxitos, flotando en el aire. A continuación literalmente aterrizó en el campo y, junto con su cuerpo de bailarines, cantó algunos de sus más famoso hit: de
Born This Way a
Just Dance, pasando por
Thelephone. El entusiasmo y la adrenalina dieron lugar a un momento extraordinariamente intensos cuando la cantante tocó el piano y cantó
Million Reasons, single romántico y emotivo perteneciente a su último disco
Joanne.
El cambio de vestuario abrió el camino a la gran final de la actuación, con
Bad Romance, acompañado por una hermosa coreografía y bailarines vestidos de blanco y con cascos de jugadores de fútbol.
Después de agradecer a la audiencia, la cantante se lanzó al vacío y pareció desaparecer entre la multitud. De este modo se puso fin a un espectáculo destinado a convertirse en leyenda, con
Lady Gaga, confirmándose una vez más como una de los mejores compositoras e intérpretes de nuestro tiempo.