Primero el anuncio y ayer los detalles del mes y el lugar de la boda. El
Príncipe Harry y
Meghan Markle se casarán el próximo mes de mayo con un servicio religioso en la capilla de San Jorge en el castillo de Windsor.
Será una boda más privada y menos fastuosa que la del
Príncipe William y
Kate Middleton celebrado en la Abadía de Westminster en Londres. Y será un matrimonio religioso. El hecho de que Meghan esté divorciada no importa para la religión anglicana.
Participará un público selecto, aún no definido ni dado a conocer, porque en Windsor no está permitido el ingreso, excepto por las visitas al ala-museo del castillo: de hecho, la Capilla de San Jorge es una iglesia sólo a disposición de la familia real.
Por expresa voluntad de Harry y Meghan -hacen saber a sus portavoces- el público en general tendrá un espacio fuera de la iglesia para aplaudir, fotografiar y disfrutar de la boda. El día aún no se comunicó pero sí el mes, será en mayo, un mes después del nacimiento del tercer "royal baby" de los duques de Cambridge.
Los gastos del evento, como es tradicional, correrán a cargo de la reina
Isabel II y el príncipe
Felipe de Edimburgo. El viernes será el primer compromiso público oficial de los novios que son esperados en Nottingham.