La reina
Isabel II se puso furiosa cuando descubrió que los detalles sobre su ropa interior habían terminado en un libro. Nada demasiado picante, pero alguna alusión fue suficiente para hacer que Su Majestad perdiera los estribos.
Jane Kenton, de 82 años, histórica dueña de la marca de lencería
Rigby & Peller, tuvo la audacia de contar en su libro "
Storm in a D Cup", algunas anécdotas de las pruebas de sus creaciones en Buckingham Palace. ¡Y realmente se desató una tormenta!
Rigby & Peller sufrió el inmediato retiro del "
royal warrant", una especie de "licencia oficial" para los proveedores de la familia real, un privilegio que la empresa tenía desde 1960. Una reacción tal vez exagerada, pero en línea con el temoleramento y carácter impulsivo de la reina Isabel (basta pensar que a los 91 años, la soberana decidió participar en un desfile de modas, sentada en primera fila con
Anna Wintour).
Y, sin embargo, según dijo Jane Kenton en su justificación, nada fuera de lugar fue revelado: ciertamente no la medida del busto de Su Majestad (detalle cubiertos por el secreto de estado), ni siquiera su gusto por la ropa interior.
¿Otro detalle comprometedor? Parece que
Lady Di tenía la costumbre de pedir posters con modelos semi desnudas, para sus hijos adolescentes, el
Príncipe William y el
Príncipe Harry. Insinuaciones reales o falsas, el comentario del Palacio de Buckingham fue seco y lapidario: "
El libro no gustó". Mientras tanto la curiosidad es saber cuáles de los modelos de Rigby & Peller habrá lucido la Reina...