Hace ya varias décadas que, el primer lunes de cada mes de mayo, se celebra uno de los eventos más importantes de la moda a nivel mundial en el
Metropolitan Museum of Art: la gala del MET, y al igual de cada año, se da una pauta para inspirar la vestimenta de las celebridades, en esta ocasión, la recomendación de Anna Wintour fue vestirse inspirándose en los "
Cuerpos celestiales", basándose en la moda católica.
Las anfitrionas elegidas este año por la famosa editora de Vogue fueron
Rihanna,
Donatella Versace y
Amal Clooney, quienes dieron que hablar con sus atuendos en el evento.
La abogada esposa de
George Clooney, siendo apenas la segunda vez que asiste al evento, lució un vestido con un corsé metalizado en la parte superior y un pantalón azul marino, cubierto de una enorme cola con flores, obra del diseñador Richard Quinn, que no tuvo muy buenas críticas.
Por su parte,
Donatella Versace lució un mulet dress en azul y dorado, que recordaba a otro que utilizó en la misma gala pero de 1993, mientras que Rihanna vistió un traje de Maison Margiela, de inspiración papal en blanco y plateado y hasta con mitra incluída.
Vale agregar que esta gala no solo es "el evento" de la moda del año, sino que además marca la apertura de la expsición primaveral del MET, que en este año esta comisariada por
Andrew Bolton, quien convenció al Vaticano para que les ceda unas cincuenta vestimentas papales, que por primera vez podrán verse fuera del Vaticano.
Otro hecho que volvió particularmente interesante el evento de este año es que a sus 68 años de edad
Anna Wintour anunció que dejará Vogue luego del número de septiembre de este año, por lo que sería la útlima vez que la voz de la moda preside la Gala siendo la directora de la famosa revista femenina.
Finalmente y como era de esperar con semejante temática, fueron muchas las figuras que dieron que hablar con los atuendos elegidos para la gala:
Katy Perry llegó en un coche con unas enormes alas, mientras que
Blake Lively debió alquilar un bus particular ya que no cabía su vestido, el cual tomó unas 600 horas de trabajo, en una limosina, o
Jared Leto, quien emuló a Jesus en un traje azul de Gucci, y llevando una corona dorada.