El próximo 19 de octubre tendrá lugar la boda de
Rafael Nadal con
María Francisca Perelló en
Sa Fortaleza, un castillo del siglo XVII que ocupa la península de Punta Avançada de la isla de Mallorca, con un muy difícil acceso, motivo por el cual fue elegido por el tenista, quien hace años lucha por mantener su vida privada fuera de foco.
A solo días del enlace, el deportista intenta por todos los medios blindar el acceso al evento de cualquier elemento que pueda poner en riesgo su privacidad: se supo que por expreso pedido de los novios, los invitados no deberán llevar móviles, elemento del que tampoco podrán disponer los empleados de las empresas suministradoras, a las cuales adicionalmente se les obligó a firmar contratos de confidencialidad.
Se sabe que la mayor parte de los invitados arribará al lugar en autobus, evitando de esta forma los controles en la entrada de la finca, a la que se accederá únicamente por la puerta principal del aeródromo militar. Adicionalmente, los novios intentarían solicitar permisio para impedir el vuelo de aeronaves y drones.
Respecto a
Sa Fotaleza, se trata de un castillo del siglo XVII, inaccesible por tierra si no se cuenta con permiso para entrar, y casi imposible para tomar fotos desde el mar.
El castillo consta de seis casas, dos calas privadas y hasta un helipuerto, lo que lo convierte en una de las propiedades más costosas de España, con excelentes jardines y un alquiler que ronda los 25 mil euros al día.
Vale agregar que aún se desconoce si la pareja distribuirá o no las imágenes de su enlace a los medios.