El pasado domingo, la reina
Isabel II y el
Príncipe Harry estuvieron cuatro horas reunidos en el castillo de Windsor, y al parecer finalmente tuvieron tiempo de charlar sin reparos sobre la decisión de los duques de Sussex de alejarse de la familia real.
Actualmente, Enrique y su familia se encuentran en el Reino Unido donde en el transcurso del mes asistirán a sus últimos compromisos oficiales, para luego, a partir del 31 de marzo, dejar de formar parte de la institución monárquica, lo que significa que ya no contarán con este tipo de obligaciones, pero además deberán mantenerse por sus propios medios.
Luego de este encuentro, se descartó la posibilidad de que la decisión tomada por Enrique y
Meghan Markle fuera a causa de diferencias con la familia real, pues en este encuentro, que fue el de una abuela y su nieto, la Reina, de 93 años, y el príncipe, de 35, disfrutaron en palacio de un ligero almuerzo a base de salmón y ensalada y un té con sandwiches de pepino. “
Eres alguien muy querido y siempre serás bienvenido” dijo Isabel a su nieto en el encuentro, a quien también aseguró que si cambiara de opinión respecto a volver a formar parte de la familia real sería recibido “
con los brazos abiertos”.
Según fuentes, esta fue la primera vez que la reina tuvo la oportunidad de hablar con Enrique a solas y de conocer cuáles eran sus planes, pues cuando sucedió el anuncio a principio de año, todo se dio muy rápidamente y provocó una situación muy estresante para los miembros de la familia real. Contrariamente, el pasado domingo todo ocurrió en un ambiente relajado y ambos pudieron expresarse sin reparos.
Se supo adicionalmente que la reina estaría disgustada por el hecho de no poder ver con frecuencia a Enrique y al pequeño Archie, pero ha aceptado los deseos de su nieto y el hecho de que se instale en Norteamérica.