En recientes declaraciones que dio para la televisión italiana,
Daniel Radcliffe reveló que comenzó a beber cuando era adolescente, tras hacerse famoso por interpretar a Harry Potter: “
Me preguntaba si seguiría siendo el mago de Hogwarts para siempre (...) En parte, la causa de todo lo que me sucedió a mí fue el pánico”, dijo a la BBC, y prosiguió al momento en que terminaba de rodar la exitosa saga: “
La aventura estaba terminando y no estaba seguro de qué lo haría después”.
Y es que tanto el actor como sus compañeros de cartel,
Emma Watson y
Rupert Grint, formaron parte del proyecto desde los 11 años y hasta los 21: “
No me sentía cómodo conmigo mismo, ni con la versión sobria de mí, por eso bebía", y concluyó: “
Si salía y me emborrachaba, la gente me miraba con interés y curiosidad, ya que no era solo una persona ligeramente brillante, todavía era el niño Harry Potter”.
Radcliffe también se comparó con
Justin Bieber: “
Es como cuando la gente habla de Justin y yo les digo: ‘Su vida debe ser muy loca ahora’. Nadie sabe cuánto te puede abrumar la fama y el hecho de estar tan expuesto. Parece que por tener un gran trabajo y ser rico no tienes derecho a estar triste o incómodo”.
Respecto a su propia experiencia, continuó: “
No me gustaba que me vieran así, así que bebía más, me emborrachaba de nuevo, y así seguí durante años”.
El actor finalmente salió de esta adicción con la ayuda de sus padres, que si bien no beben, el alcoholismo ha marcado a varias generaciones de su familia. El actor también dejó de fumar: “
Al final, solo tú puedes decir "ya es suficiente"”.
Actualmente, Daniel no toca el alcohol: "
No extraño la bebida. Cuando recuerdo el caos que era mi vida entonces, me pone feliz saber que ahora soy mejor".