La semana pasada se supo que el príncipe Carlos de Inglaterra había dado positivo en la prueba de Coronavirus, y tras 7 días se reposo sus médicos le autorizaron a retomar algunas actividades, pues acudirá a ciertas reuniones telemáticas y volverá a hacer ejercicio tal como recomienda el Gobierno.
El heredero al trono, de 71 años, se encuentra dentro del grupo considerado como "población de riesgo". Sin embargo, no presentó síntomas graves de la enfermedad mientras que su esposa,
Camilla Parker, dio negativo en la prueba, pero permanecerá aislada durante toda esta semana, por si llegara a desarrollar síntomas de la enfermedad.
Pocos días antes de que se diera a conocer el positivo de Carlos, se supo que él y su esposa Camilla se habían marchado de Londres para instalarse en Birkhall, en Escocia, en una residencia privada del príncipe, que cuenta con más de 200 kilómetros cuadrados de terreno.
Por otro lado, la reina
Isabel II, próxima a cumplir los 94 años en abril, se encuentra recluida junto a su esposo,
Felipe de Edimburgo, de 98 años, en el castillo de Windsor junto a un equipo de apenas ocho personas: su guardaespaldas personal, asistente y amiga, Angela Kelly, el valet del consorte, Dave Berwick, y un cocinero, un ama de llaves, un mayordomo, un paje y el jefe de sus conductores.
Por su parte, el príncipe Guillermo se encuentra junto a su esposa
Kate Middleton y sus tres hijos, Jorge, Carlota y Luis, en Norfolk, más cerca de Londres y con facilidad para volver dado que es el más joven en la línea de sucesión por ende el que menos riesgo tiene de enfermar gravemente por el coronavirus.