Kelly Osbourne viene sorprendiendo con su gran cambio físico. En los últimos años comenzó a perder peso y actualmente ha logrado una gran figura, rebajando según cuenta, casi 40 kilos.
Ya con 35 años de edad, la hija de
Ozzy Osbourne ha hablado de su lucha a lo largo de los años contra la adicción a las drogas, el alcoholismo y trastornos alimenticios.
"
No estar lo suficientemente delgada no me ayudó a decir no a las drogas. He sufrido más por ser gorda que por drogarme. El hecho de ser famosa puede convertir tu existencia en algo horrible ya que no eres lo que tú quieres ser si no lo que los demás quieren que seas. Ese es el motivo por el cual muchas actrices terminan sufriendo desórdenes alimenticios" había dicho la actriz en el 2005 en declaraciones al New York Post.
Posteriormente, en una entrevista al Daily Mirror confesó: "
Reemplacé las drogas con comida y engordé cada vez más. Soy una devoradora emocional. Cuando me enojo, mi dieta se va por la ventana".
Hasta entonces, el mayor paso hacia la pérdida de peso de Kelly había ocurrido cuando compitió en
Dancing with the Stars en 2009, y ese mismo año, la también presentadora sufrió un ataque mientras grababa "
Fashion Police", y fue gracias a ello que tomó conciencia de su situación según dijo posteriormente a la revista Self: "
Nunca quiero dar por sentada mi buena salud. La convulsión fue de 60 segundos, pero esos 60 segundos cambiarán mi vida para mejor y para siempre. He trabajado duro para ponerme en forma y no porque ser "flaca" sea importante para mí, sino porque quiero sentirme bien".
La actriz cuenta que aprendió a alimentarse correctamente, se convirtió al veganismo y también comenzó a hacer gimnasia, rutina que actualmente mantiene para conservar su figura. Además asegura que su cambio ha sido sobre todo mental, ya que ahora entiende que el hecho de comer bien y hacer deportes, no es un remedio para la pérdida de peso sino un estilo de vida que se debe mantener para estar saludable.