El film narra la verdadera historia de Betty Anne Waters, interpretada por Hilary Swank, una madre soltera que, con la ayuda del abogado Barry Scheck (Peter Gallagher), logró la exoneración de su hermano Kenny (Sam Rockwell), erróneamente acusado de un crimen.
Para lograrlo, Betty consiguió terminar el secundario y continuó estudiando leyes en la Universidad Roger Williams de Rhode Island, hasta obtener el doctorado. Todo este esfuerzo lo realizó a lo largo de casi 20 años, mientras criaba sola a sus dos hijos y trabajando como mesera en una cafetería.
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