Condenados a fugarse

Rayford Gibson (Eddie Murphy) es un bocazas estafador, y Claude Banks (Martin Lawrence) es cajero de un banco. Accidentalmente, se unen y, para pagar todas las deudas de Ray y restablecer la reputación de Claude, los dos viajan al sur como contrabandistas, tratando de conseguir dinero rápidamente.

No habrá límite a su divertida mala suerte cuando se encuentren en la escena de un crimen y su equivocada identidad les lleve ante el juez, quien los condena a cadena perpetua.

Durante 50 años establecerán una profunda amistad y contemplarán los cambios sociales que se producen, al tiempo que viven rodeados de la más amplia gama de personajes, a los que observan con cierta distancia y ternura, mientras permanecen aislados del resto del mundo.