El caso Bourne

Agente especial de la CIA, sin escrúpulos y totalmente letal: éste sería Jason Bourne (Matt Damon) si no hubiese perdido la memoria.

Encontrado casualmente por un pesquero en las costas del Mediterráneo, con sólo las balas que tiene clavadas en la espalda y un número de cuenta de un banco suizo que lleva adherido a la cadera, el desmemoriado Jason parte en busca de su pasado y su identidad escondida. Identidad muy incómoda para algunos de la Agencia, como pronto descubrirá.

Podrá confiar sólo en sus instintos y contará con la ayuda no precisamente desinteresada de Marie (Franka Potente).

Filmado en Italia, Francia y la República Checa, la película encuentra uno de sus mayores atractivos en esta ambientación europea.

La buena dirección, muy dinámica de Doug Liman, rescata todos los elementos del género.

El guión, extraído de un best seller de Robert Ludlum y adaptado a la época actual (el original se desarrollaba durante la guerra fría), funciona perfectamente.

Disparos, acrobacias, artes marciales y un poco de romantisismo son los infaltables ingredientes del entretenimiento y, en "El caso Bourne", no faltan ni desilusionan.