En su camino al escenario, el cantante James Brown recuerda su vida con una infancia turbulenta donde la música era el único escape constructivo para sus pasiones. Una demostración de esta posibilidad se dio en la cárcel donde un nuevo amigo lo ayudó a comenzar una carrera musical. Con su fuego creativo y atrevido, James Brown (Chadwick Boseman) se convirtió en una estrella que desafiantemente creó nuevas posibilidades en el mundo del espectáculo, tanto sobre como detrás del escenario, enfrentando el racismo y el pensamiento convencional.
En el camino, James también se convertiría en un pacificador que redefinió y e hizo crecer el sentimiento de autoestima de la comunidad afro-americana, cuando más se necesitaba. Sin embargo, esas mismas pasiones dominantes le llevarían a a alienar a todo su entorno a medida que sus apetitos se hacían cada vez más autodestructivo. Sólo después de tocar fondo a consecuencia de un grave error, Brown descubrió que lo que realmente tenía valor en su vida, lo convertiría en el Padrino del soul a nivel mundial.
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